sábado, 16 de junio de 2007

A modo de despedida


Cuando llegué por primera vez al ámbito de las tutorías mi problema más importante era… Lingüística. No me sentía capacitado para poder orientar a un ser humano en relación con esa materia. Sin embargo me di cuenta, con el correr del tiempo y la experiencia, que Lingüística no es ni siquiera un problema y también note que, releyendo, podía acceder a esa información aún guardada en algún lugar de mi cerebro.

En la tercera entrevista que realice, momento que no me canso de repetir y recordar, un alumno me dijo: “me siento sólo”. Desde ese momento todo mi trabajo en relación a ‘ser tutor’ ha tenido una estrecha relación con la contención y la necesidad de escuchar para comprender cuál es la problemática de nuestros estudiantes de primer año.

Mi primer agradecimiento: a las Analías, Emilia, Cecilia, Clara, Eliana, Matías, Darío, Marcelo, Franco y todos los estudiantes de Comunicación Social que han posibilitado mi aprendizaje en lo que a tutoría se refiere y que, sin su base fundamental, ni la Facultad ni este programa tendrían razón de existir. ¿Lo piensan igual nuestros docentes y nuestras agrupaciones políticas?

Siguiendo en este mismo sentido, y evitando una larga lista, les agradezco a mis compañeros tutores que han demostrado en más de una ocasión que se puede trabajar aunque los recursos sean escasos y también que, aunque la ciencia puede facilitar algunas cosas, el trabajo en amor es útil para solucionar problemas del corazón y de diversas procedencias (quiero decir familiares, de capacidades diferentes, económicos, etc.) Nuestra pregunta como tutores deberá ser: ¿hasta dónde llega mi vocación docente? La respuesta a esta pregunta nos indicará cuál ha sido nuestro verdadero compromiso con el programa y cuales serán los pasos a seguir -¿nos encontraremos en un par de años en algún gastado colegio de la provincia?-... por la generalidad, sería una buena noticia.

El desarrollo que ha tenido este programa me llevó a trabajar no sólo como tutor sino como co-coordinador. En este sentido, he aprendido que el mundo no puede ser el capricho de una sola persona y, por ese motivo, es necesario priorizar el diálogo como única manera de construcción social. Quiero decir, aprendí a tragarme el orgullo y el capricho para entender que cada aprendizaje tiene un proceso y, dentro de este proceso, cada uno muestra aquello que le resulta más válido… las mayorías son las que terminan decidiendo. También me di cuenta que en la medida en que el/la hombre/mujer no decide qué es lo que realmente quiere de su vida, las formas de coordinación son un constante cambio y deben realizarse con mínimos márgenes de valoración. Si no sabes qué vas a hacer con tu vida… ¿podes saber qué hacer con un programa de tutoría?

En este sentido quiero agradecer a Camila Cutugno y a Graciela Volman que me dieron la posibilidad de trabajar la coordinación y, siguiendo la jerarquía (¡que palabra más fulera!) a doña Graciela Cousinet con la que hemos podido reflexionar en cuestiones referidas a la facultad… he aprendido que siempre es sano realizar consultas antes de tomar decisiones.

Para terminar, les comento que he podido leer en relación a la educación y la pedagogía y creo que es un gran desafío el encarar este estudio en esta época. Pueden existir miles de trabas en donde, como nos esta pasando en muchas instituciones, los cambios exigen flexibilidades que el hombre aún no hace suyas. La única constante del Universo es el cambio y en la medida en que esto no se comprenda seguiremos anquilosados a viejos preceptos que ya no nos sirven para entender aquello que nos pasa hoy.


Para seguir finalizando, mantengo firme una vieja-actual propuesta: ¿que les parece si nuestra Facultad cambia su nombre y, en vez de Ciencias Política y Sociales, pasa a ser Ciencias Sociales y Políticas? Sería un primer paso para generar profundas mejoras en todos los aspectos de nuestra querida institución.

Por lo demás, los saludo fraternalmente y nos encontraremos en los pasillos de nuestra casa de estudios. ¡Gracias totales!

Marcelo Fernandez en Coordinación de Tutorías

(Currículum abreviado: estudiante de primer año de Sociología, estudiante de quinto año de Comunicación Social, tutor del programa “Tutores para garantizar la permanencia” y co-coordinador del mismo programa)

PD: me olvidaba; una de las cuestiones que me ha llevado a tomar la decisión de abandonar este programa ha sido mi ‘principio de incursión’ en la alfabetización. Por ende, aprovecho la oportunidad para invitarlos a participar de este gran desafío para la Argentina… un país sin analfabetos. (-0261- 422-1019)






2 comentarios:

Anónimo dijo...

Querido Marcelo, desde unos 700 km de distancia, y más allá que no conozco en profundidad el tema, quiero rescatar el sentido que le das a la alfabetización-democratización.

Al fin y al cabo, la alfabetización es en todo ámbito y siempre mutua. Cada uno de nosotros todo el tiempo alfabetiza y es alfabetizado por el otro. Y la alfabetización humana se desarrolla a través del diálogo (Paulo Freire), también la comunicación es gestual.

Pero la alfabetización debe ser democrática y no monopolizada, eso no es alfabetización, es imposición.

Con la decisión que tomaste, creo que lográs el objetivo, a quien/es le/s corresponda deberán comprender que contiene un mensaje claro: "Buena suerte y hasta luego". Es decir, según lo que interpreto sería algo asi como: "no estoy dispuesto a ceder en ciertas cosas". Tal vez otros lo entiendan de diverso modo.

Perdón si a alguien le molestó que una persona ajena opine, pero ... de eso se trata, de contar a los demas un poquito de uno y desde el lugar del universo que mira las cosas, y siempre y cuando sea para aportar o tratar de aportar algo.

Un abrazo grande, desde Córdoba

Joaquín

Coordinación de Tutorías dijo...

Compañero!!!

Qué grata sorpresa leer sus palabras. A decir verdad, no había reflexionado en términos de alfabetización-democratización... aunque me parece espectacular y comenzaré a reflexionar de esa manera!!!

Por lo demás, creo que somos el ejemplo. Mi preocupación pasa por el hecho de que mi práctica cotidiana tenga relación con la/s teoría/s que la sustentan... y viceversa.

Un abrazo fraternal y saludos al Bebedero!!