
Desde su inmensa soledad
el alma de un joven soldado
muerto en Malvinas
escribe a su querido país
Islas Malvinas, 2 de abril de 2004
Mi querida Argentina:
Desde aquí te contemplo,
que bella te ves.
Ha pasado mucho tiempo
desde que partí.
En ese entonces,
la juventud vivía en mí,
en mi corazón latía el Deber
y el deseo de darle a nuestro pueblo
una razón para volver a creer.
Así deje a mis seres queridos
y los lugares donde vi miles de atardeceres.
Hoy me encuentro aquí, en este suelo
tan mío,
tan tuyo,
aunque en otro idioma no lo quieran admitir.
Tal vez mi cuerpo ha muerto
y la sangre por mis venas ha dejado de correr
pero esta sangre tan tuya
ha regado estas tierras
haciendo florecer en ellas
el deseo de volver
a ser parte de tu tierra
a tu soberanía obedecer
y que en cada uno de sus rincones
se escuche la voz de tu pueblo
¡Sí, mi querida Argentina,
ella como yo
quiere volver!
De mi ya poco queda
y quizás pocos me recordarán
pero yo di mi vida entera
por recuperar.
Sólo quisiera que tú sepas
que estoy todavía aquí…
esperando que alguien alguna vez
se acuerde de mi
no como el soldado que cayó
sino como un joven
que sirvió a su país,
con ideales
tan fuertes,
que ni esta misma muerte,
pudo borrar.
Ahora me despido
pero prometo volver a escribir
porque aún tengo mucho que decir
decir que te extraño
pero que seguiré aquí
sin entregarme
sin entregarlas
porque estas tierras son nuestras
porque en ellas como en mi
existe el deseo de volver…
de volver a ver flamear aquí
el celeste y blanco
de nuestro país.
Patricia Neira (paticobela_05@hotmail.com)
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